No podemos obviar los cambios que se han producido respecto al concepto de pareja en nuestra sociedad, ya que a partir de éstos se encuentra la base que puede dar pie al fenómeno de la divergencia. No quiero hacer de este artículo un repaso histórico de todos los cambios que se han producido, por lo tanto, me centraré en el concepto actual de pareja a partir del concepto anterior remarcando así sus diferencias y la repercusión en las relaciones de pareja.
El concepto de pareja ha ido variando a lo largo de la historia en función de la realidad sociocultural del momento. Todo cambio en sociedad se produce a través de la cultura haciéndose servir de las relaciones interpersonales (familia, amigos, entorno…). La interiorización de dichos cambios es lenta y se produce así la combinación de las nuevas ideas con las ya heredadas.
¿Qué hemos heredado hoy en día de generaciones anteriores? Uno de los grandes cambios socioculturales se produjo a partir de la aceptación de los derechos de la mujer y la decadencia de la influencia del sistema de organización familiar marcado por la religión (S.XX). En un plano anterior, la pareja cumplía con un sistema de organización jerarquizado basado en los roles de familia, en el que la mujer cumplía con un papel de subordinación al hombre. De esta forma, la mujer caracterizaba derechos restringidos y deberes explícitos, como el de obediencia y el de cuidado de su marido y sus hijos. El objetivo principal de la pareja era el de formar una familia. Acontecimientos sociales posteriores modifican este estereotipo de pareja, destacando la aceptación de los derechos de la mujer, la Ley del divorcio de 1981 y la legalización del matrimonio homosexual en el año 2005. Consecuentemente, los cambios en el concepto de pareja se han ido haciendo evidentes, siendo los más relevantes:
· Posicionamiento del hombre y la mujer en un mismo nivel dentro de la relación de pareja (desaparece la jerarquía como sistema de organización).
· Ampliación del objetivo de formación de una pareja: se tienen en cuenta los sentimientos y el deseo de desarrollar una vida juntos (la familia deja de ser el único objetivo de unión).
· Desaparición de roles específicos en la pareja, especialmente respecto a las tareas de casa, cuidado de los hijos e independencia económica.
· La orientación sexual deja de ser un condicionante para establecer la unión en pareja.
A partir de aquí, podemos considerar que las personas son más libres de poder elegir y desarrollarse en una relación de pareja.
En el próximo artículo veremos cómo todos estos cambios influyen en la visión actual de la pareja.
