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LA SEXUALIDAD EN LA PAREJA: ¿VIVES PLENAMENTE TU SEXUALIDAD?


Antes de hablaros de la sexualidad en la pareja, me parece interesante dedicar unas líneas al concepto de sexualidad, porque si tenemos claro todo lo que implica nuestra sexualidad podremos entender el papel que adquiere en la pareja.


La sexualidad es una de las áreas básicas del ser humano que nos acompaña a lo largo de nuestras vidas. De acuerdo con la OMS (2002), nuestra sexualidad queda definida a través del sexo (femenino/masculino), la identidad de género y los roles, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción.


¿De qué manera la podemos experimentar y/o expresar?


Lo hacemos a través de diferentes niveles, como son el cognitivo, emocional y conductual, es decir, mediante pensamientos, deseos, fantasías, actitudes, creencias, valores, sentimientos, relaciones interpersonales, acciones, comportamientos… . En su conjunto, estos diferentes niveles de experimentación y expresión (si se llevan a cabo o no) van a influenciar positivamente o negativamente en la salud y bienestar de cada uno de nosotros. No olvidemos que nuestras vivencias, también a nivel de sexualidad, toman partido en nuestra salud y bienestar individual.


Y ¿de qué depende que su experimentación o expresión se lleve a cabo o no y de diferente forma?


Existen varios factores que en interrelación determinarán nuestra sexualidad, principalmente aspectos biológicos, características psicológicas personales y aspectos sociales y culturales (herencia histórica, religión, educación, economía, política…). Sabemos que cada persona es única, por eso las diferentes combinaciones darán resultados también diferenciados, en cuanto a experiencia y expresión se refiere, por eso la vivencia de nuestra sexualidad es personal.


¿Qué pasa cuando dos personas que viven su sexualidad de manera diferenciada mantienen una relación de pareja?


Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, podemos establecer que la relación de pareja es un espacio en el que a través del conocimiento mutuo sus componentes podrán vivir su sexualidad de manera saludable. Por supuesto que el respeto y la aceptación de las diferencias son fundamentales para que a través de la sexualidad haya una comunicación fluida y satisfactoria. En otras palabras,


la sexualidad en la pareja no se reduce a un “acto” o “acción” con implicación de nuestros genitales y con finalidad placentera sin más


sino que a través de ella comunicamos cómo somos realmente mediante nuestros deseos, fantasías, actitudes, acciones… y siempre que exista libertad. Es una vía más en la relación de pareja para darse a conocer, entenderse, complementarse, comunicarse… , siempre en un plano íntimo personal.


Si después de leer esto crees que no vives tu sexualidad con tu pareja de manera plena, plantéate qué puede estar influyendo negativamente en ello, qué es aquello que te impide vivirla con total libertad. El primer paso es el autoconocimiento, quizás tendrás que experimentar o quizás tendrás que reflexionar sobre algunos aspectos (por ejemplo estereotipos, prejucios…) y cuestionarlos para sacar tus propias conclusiones, que al final serán las que definan tu sexualidad. Una vez te conozcas, es el momento de darse a conocer, así que ábrete a tu pareja y exprésale tus pensamientos, tus deseos, tus preferencias, si fantaseas… , además de interesarte por las suyas. Es importante que os permitáis vivir de manera saludable vuestra sexualidad en la pareja, por eso este paso sería interesante realizarlo de manera recíproca, ya que así se daría un mayor conocimiento mutuo. Y sobre todo, experimentad entre vosotros teniendo en cuenta todo lo anterior. Recordad que no hay nada bueno o malo entorno a vuestra sexualidad, ya que los límites los ponéis vosotros con total respeto y libertad.


Si bien es cierto que la sexualidad puede ser causa de conflictos en la pareja, también lo es (y más de lo que nos imaginamos) que puede verse afectada por dichos conflictos. De hecho, es de las primeras áreas que se ven afectadas. A veces no nos es fácil determinarlo con tanta claridad, pero lo que sí es cierto es que si se encuentra afectada nos generará malestar tanto a nivel individual como de pareja. Cuando dicho malestar no es esporádico y no sabemos cómo establecer un cambio, la Terapia de Pareja nos puede ayudar en este proceso.




REFERENCIAS


Organización Mundial de la Salud (2002). Defining sexual health. Report of a technical consultation on sexual health. Genova: World Health Organization.

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