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  • Foto del escritorMJ Therapy

“LA PAREJA IDEAL”

Cuando estamos enamorados de esa persona que para nosotros es especial y nos dejamos

llevar por nuestro estado de felicidad iniciando una relación de pareja, de manera preconcebida llevamos en nuestra mente una idea de cuáles son las características y el comportamiento que nos gustaría que cumpliese nuestra pareja. Se trata de una visión subjetiva de “pareja ideal” que se va formando a lo largo de nuestra vida a través de la educación, el aprendizaje y la cultura (Dattilio, 2005). Como ejemplo, tenemos los dos artículos de mi blog que hablan sobre el concepto de pareja (I y II), en los que podemos visualizar cómo el propio concepto va variando a lo largo de la historia en función de la realidad sociocultural del momento. Es así como a través de las relaciones interpersonales vamos interpretando nuestras experiencias y creando nuestras creencias e ideas de vida, y como no, nuestras expectativas de pareja:


¿QUÉ LE PEDIMOS A NUESTRA PAREJA?


A lo largo de la relación, la sometemos a evaluación bajo nuestro punto de vista, es decir, bajo nuestras expectativas de cómo desearíamos que se comportarse en una relación de pareja, y en función del ajuste con su conducta real, emitimos unas conclusiones al respecto. Estas conclusiones generarán en nosotros una reacción emocional (agradable o desagradable) y una conducta determinada (ajustada o no ajustada a la situación). Nuestra reacción dependerá de la flexibilidad o la rigidez de dichas expectativas, configuradas a partir de nuestras creencias. La rigidez, nos impedirá tener en cuenta el punto de vista de nuestra pareja, el contexto, la influencia del entorno…, obstaculizando el aprendizaje y la adaptación a las nuevas situaciones de pareja y generándose así respuestas desagradables y poco ajustables en nosotros, que repercutirán negativamente en la pareja. El “cómo desearíamos que se comportase” se convertiría en “cómo debería comportarse”, es decir, en una exigencia (Beck, 2016), que de manera prolongada puede llevar a nuestra relación al distanciamiento (entre otras consecuencias). La flexibilidad, al contrario, nos permitirá la adaptación, el cambio, el aprendizaje y la madurez en la relación.


¿QUÉ PODEMOS HACER NOSOTROS?


El camino que pueda tomar tu relación de pareja depende, en parte, de ti. Si ese camino empieza a caracterizar una evolución divergente entre tú y tu pareja, o se generan conflictos o se da cualquier otra situación, pregúntate qué parte de responsabilidad tienes ante tal situación y visualiza qué puedes hacer al respecto. La Terapia de Pareja os puede ayudar en el camino de la solución.




REFERENCIAS

Beck, A. T. (2016). Con el amor no basta. Cómo superar malentendidos, resolver conflictos y enfrentarse a los problemas de la pareja. Barcelona: Paidós.


Dattilio, F. M. (2005). The restructuring of family schemas: A cognitive-behavior perspective. Journal of Marital and Family Therapy, 31 (1), 15-30.

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